miércoles, 9 de enero de 2019

LVIII - Gato Salvaje

Tengo un gato que es curioso,
a la vez que torturante,
es pequeño y animoso,
de carácter muy cambiante.

Me rehuye por tejados y azoteas sin previo aviso
y me arrima un buen zarpazo si me acerco de improviso.
Pero  ¡Ay vivo! Si lo que tiene es hambre,
entonces me busca, como al mejor de los fiambres.

Este gato tan chiflado, no sabe lo que quiere,
pues a pesar de parecer arisco y huraño,
luego cesa de creerse un ermitaño,
y se me arrima marruñando mil amores.
Felúnidos ferales

Si me alejo, él se acerca.
Si me acerco, pues me huye.
Si me callo me maulla
y si discrepo me reguñe.

Este gatico loco y pavo,
"Gundemaro" puse en nombre,
ni por visigodo ni por visigato,
a mas a gusto, ¡Mas me muerde!

Se me arrima en la terraza,
en mis ratos de fumancia
y me gatea por la encimera,
buscando paz en alternancia.

Y es que,  a pesar de ser esquivo,
compañero de soledad él me comparte
lo que no saben otros gatos,
lo que ignoran los buenos hombres.

Y a la mañana siguiente,
volverá a huir y luego buscarme
a sisonar y despues arañarme.
¡Caray, ahora descubro que no es gato!

Tendré que ponerle pues, otro nombre.







Raiben

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