sábado, 5 de mayo de 2012

V - Lamento del soñador

Vaso de refresco, cigarrillo barato, luz de lamparilla, horario nocturno, música melancólica.
Pensamientos divagantes, ideas dispersas, amor confuso de corazón maltratado.

No soy la pieza de tu puzzle personal, nunca lo fui, es una pena; quise serlo.
La semilla de la resignación hace tiempo que fue plantada, mucho antes de conocerte.
La planta desilusoria absorbe cualquier ilusión que pueda abarcar en ti, por mucho que el corazón grite.
Quisiera saber qué buscas, no se ni lo que quiero yo, vendo mercancía a la que no puedo acceder por mi mismo.

Círculos de humo, relleno del vaso vacío, mechero en mano y vuelta a empezar.

Escritura vana, sentimientos escritos a nadie por miedo a la verdad.
Miradas de inquietud, visión gris de ojos tristes.
Letras vedadas tras el silencio de las palabras,
palabras vacías de significado si el miedo las cubre.

Y es tan difícil ir hacia delante cuando las piernas han sido golpeadas tantas veces por la vida.
Todo se vuelve lodazal, arenas movedizas, niebla y cataratas de mi vista ya marchita.

Estertor de frío, silla incomoda, fina lluvia en la calle.

No hay camino para los derrotados, ni para los que reniegan de la lucha, las espinas de la flor fueron hechas para evitar
su exterminio, no para hacer mas entretenido el camino. Entonces, ¿no es para mi? ¿por qué iba a serlo?
¿Quién me creo que soy?



Soy viandante asiduo del desierto, soy la arena que lo cubre, y lo lame con su lengua granulosa.
Soy la espuma que rompió contra la roca, intentando desquebrajarla.
Soy la huella que desaparecerá en la playa.


Palabras que se quemarán en la ignorancia, suaves plumas de cuervos que las envolverán y se las llevaran a donde los poemas borrados de la historia han quedado para deleite de los gusanos.
Sentimiento muerto, antes de haber nacido, y lágrima seca antes de haber brotado.



Raiben