jueves, 19 de abril de 2018

L - Feliciano Galáctica

Yo era de humo aun borrón difuso,
tu eras luz atrapada entre barrotes,
tal vez fuese yo intangible al tacto,
tu eras asi de la vida icono al uso.
Dulces y lisérgicos comienzos

Yo era situación abstracta,
fractal obtuso, vulgar pasante.
Tú aparecias volatil resistiendo,
pese a necios actos, enraizando fragil

Mas no era arriba en peñas altas,
donde aguardaban en la mañana,
las alondras de tu risa con la mia,
cantar esquívo de oscuras salamandras.

Era en pequeño e imperceptible gesto,
del caer del agua entre las rocas,
la sonrisa inerme con la brisa,
el secreto rasgar de vestiduras.

Obtuve entonces firme verbo,
O tempora! O mores!
bordes planos y uniformes,
me torné de oscuridad; la noche,
esperando asi formar mi cuerpo.

Poco a poco en la gravedad desgrana,
de mi area el universo a trompicones,
cien razones diez tensiones y una sola
alegria en el vacío de mis canciones

Brillabas pues, qué duda cabe,
estrella danzarina por el cielo,
experimentado guia de ilusiones
"resurgir poderoso del guerrero"

Desate al fin de la amargura,
satín blanco de las noches,
ceviche verde de la selva,
sonrísa oculta de la luna.

Sinergías y adversidades
Mas el mismo éxito de este baile
aleja cada vez mas el firmamento.
Expandiendo así el viaje de las almas
alargando traslación de nuestros cuerpos.

Era el fin pues de tal leyenda
del tiempo lorquiano a tal destino,
desvarío de quejios y blancas yermas,
donde antes alegrias hubiese habido.

A cada estelar encuentro ahora
cual justa medieval entre caballeros,
nuestra armadura se cierra a golpes
lo que durante años estuviese abierto.

El acontecer se difumina y borra entonces,
se altera la percepción del momento
Breve et irreparabile tempus omnibus est vitae
cada mirar ahora es tortura y no miento
tontuna es buscar lo mismo en otro puerto.

Miré entonces desde el espejo de Perseo
fuera del engaño pasada ya la tormenta,
ojos mudos, boca sorda, oidos ciegos
lo que oscuridad anterior rompe y enmienda.

Vi entonces, el sobreviviente fuego
lo persistente aun de aquella estrella
que en sindrome de abstinencia ya no espera
al voraz, lejano ahora, urdimbre de tu agujero.









Raiben