sábado, 28 de abril de 2012

IV - Tipos de amistades.

Existen, a mi consideración, dos tipos de amistades, las amistades "Cáñamo" y las amistades "Árbol". Ustedes sabéis bien de que hablo, pues todos habéis tenido una. Aunque si no entendéis los términos, aquí aclaro a qué me refiero;

Un árbol, es algo que exige trabajo, no es solo plantar la semilla y ver como crece. Vas a tardar años en poder obtener los frutos de tu trabajo, pero va a estar ahí, dándote sombra, dando vida y cobijo a muchos seres de distinta índole. Un árbol tarda en crecer, pero posee una base que se va haciendo mas firme con los años, que se enraiza bajo la tierra que pisamos, que sostiene todo el tronco y resiste todo su peso. Y una vez florezca, comenzará a dar sus frutos con regularidad. Con el paso de los tiempos, se tornará viejo, pero hermoso.
Y durará años. Generaciones.

La planta del cáñamo crece rápido, es bonita, y sabes que va a ser provechosa. Plantas la semilla, y ya comienza a crecer (si le da la gana). Pero es una planta exigente. Necesita en muchas ocasiones, productos para crecer más rapido, para que produzca mas beneficio, para que tenga mas calidad...
Es una planta delicada. hay que tener el tiesto correctamente, protegerla del viento, de la lluvia, incluso de uno mismo. Necesita regularidad y mucho cuidado, porque si no, no te concede su bondad.
Hay que estar continuamente sobre ella, para controlar su crecimiento, sus cuidados, que irán variando según las exigencias.
En muchas ocasiones, ocurrirá que una vez crecida, te das cuenta de que no te ha servido para nada. Que hay que tirarla porque hará un daño terrible. Y vuelta a empezar.

Creo que no será necesario que aplique el ejemplo a la vida ¿cierto?


lunes, 23 de abril de 2012

III - La lejanía de la Luna


El mundo de los sueños cada vez se hace más pequeño. 
A medida que uno ve las marcas del paso del tiempo en su piel, se va dando cuenta también 
de que todas las cosas con las que soñaba años atrás se han visto cara a cara con la realidad, 
una realidad en la que no hay cabida para ellos. 

Es muy bonito decir que los sueños se pueden convertir en realidad, 
pero lo cierto es que los hay que por mucho que se deseen, 
siempre serán impracticables, como por ejemplo, llegar a la Luna escalando árboles. 

Recuerdo, cuando era pequeño y ya tenía conciencia de las dimensiones espaciales, que un día en que estaba sentado en el césped de una piscina pública con un chaval más pequeño que yo al que acababa de conocer, me preguntó a cuánta distancia pensaba yo que estaba la Luna.

Era una tarde de esas en que la Luna se ve a plena luz del día.

Sin darme tiempo a contestar, me dijo que él creía que estaría más o menos tan alta como “cinco de esos árboles”, dijo señalándome un pino.

Me reí. Después dijo que le gustaría llegar allí. 
¿Es posible que aún tenga sueños a los que dentro de unos años consideraré absurdos? 
Espero que sí.




Byron

viernes, 20 de abril de 2012

II - La paradoja del olvido


El olvido es uno de los peores sucesos que le puede suceder a una persona, en los dos sentidos; ya sea perder todos sus recuerdos, o perderse de los recuerdos de los demás. 

Luchar contra el olvido se convierte en un cometido común con el tenemos que convivir día a día. Dejamos nuestra huella, inmortalizamos las imágenes, los sonidos, y si pudiéramos, también los olores, contamos anécdotas, enseñamos, escribimos… 

Sin embargo, paradójicamente, uno de los grandes objetivos en la vida es olvidarse de ella misma. 
Es decir, olvidarse de la crudeza de su ser, 
de su sinsentido y el desasosiego que provoca,
porque cualquiera puede ponerle un sentido a su vida, pero nadie sabe cual es el verdadero.

También intentamos olvidarnos de la soledad
que llevamos inherente a nuestra existencia, esa que compartimos todos y cada uno de nosotros.
Y tratamos de evitar todo esto de infinitas formas; relacionándonos irrefrenablemente con los demás, buscando una afición con la que ocupar el tiempo,  viendo cualquier película, cualquier serie, cualquier cosa con tal de distraernos, queriendo a los demás,
intentando que nos quieran, intentando que nos necesiten,
intentando que no nos odien, atribuyéndonos de alguna forma responsabilidades para pensar que al menos tenemos control sobre algo.
Como todas las cosas que nos cuesta entender, el olvido llega a ser un arma de doble filo, una paradoja difícil de solventar y a la que quizá algunos hacemos frente escribiendo todo lo que se nos pasa por la mente.








 





Byron

miércoles, 4 de abril de 2012

I - Poemas de un loco

Intenciones contradictorias

Es como quererte pero sin pretenderlo
es como pretender olvidarte, pero sin conseguirlo
es intentar no verte, pero no poder evitarlo
es tratar corregir mi error, y no hacerlo.

Parar el sol cada mañana sería sencillo
que evitar el no consumirme estando en vilo
esperando tu corazón y tus latidos

Cuando encuentras aquello que buscabas
y que por tiempo no pudiste hallar
hace hora de elegir una opción sabia
Llamadme loco, por ser un soñador,
yo me rió de vosotros, pues yo lucho por un sueño
y ustedes estáis perdidos.
si entregarte o no buscarlo nunca más.

Creo que aun debo pensarlo mas
pero así no hay manera de actuar.
No se si tendré mejor opción que callar.
Hasta el marinero necesita ruta en la mar.

Y es que, es tan largo el luchar,
que lo que buscabas en otros reinos
enfrente lo puedes encontrar,
pero tras gruesas murallas lo hallarás.

Que resignación queda al perderte,
la oportunidad perdida justo al frente,
y lo peor, sin intentarlo
perderlo todo al no poder decirte .

Creo que estoy perdido, por hablar,
no debí escribir esto, sino callar,
pues de seguro ahora toca lamentar,
el desastre que desencadenará.

Crea un poema este loco,
inspirado en su neurosis de elocuencia,
diciendo por ultimo un descoco,
y es su amorío de demencia.

Se despide con señoresco ademán,
este pequeño narcisista
poeta de rima fácil, que además,
pone fácil sentimiento en pista.



Raiben






martes, 3 de abril de 2012