martes, 26 de junio de 2018

LI - Pipino el Breve

Soldado de mil batallas pese a objetor de consciencia,
conscripto de cada lugar, cicatriz a traves de cien vivencias,
cian diez sufrientes que dejo atras reclamando su venganza,
por una vaga hora de placer bajo el telon de acero de tus faldas.
La guerra nunca cambia

Buscando tres patas al gato, sin poner los pies en la tierra,
lo mismo tirarme al vacio de un avión que irme a la mierda,
pues con misma hartura que ha durado ya esta espesa espera,
marcho a la pérfida albión rehuyendo de tus piernas sonrisa artera.

Que si alguien me vió sonreir, no se eche medalla ni gloria,
por avanzar solitaria este vivir, al mover los labios la Gioconda,
solo yo sere el narrador de esta, mi humilde y ajada historia,
por veces que decir mi nombre a la habitación entrase en tromba.

Toca otra vez ponerse el casco, suenan las balas y avanza el paso,
demoniza el pasado mis dedos, hacedor de guerra y amor despacio,
ante mi, toda una vida que me ha estado paciente, esperando,
ahora que tras años de tormenta, sale el sol y se pegan al fin los pedazos.

Por escuchar a la virgen de los cien mesias me vi envuelto,
en el juego de espias de doble vida y malmetido daño,
ocultando tras regalos penitentes y dulces sueños de engaño,
los retazos de canciónes perdidas y libros ahora muertos.

Finalmente que la realidad a fuerza de golpes araño
mal apaño por empeño crea dualidad que altera a besos
pues como el maquillaje del actor y del teatro atrezzo
atrevo conciso poner final puntilla con este certero verso.
.









Raiben

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